11-7-013
LA HISTORIA DE JULIANA
Esta es Juliana, el primer fruto de este huerto comunitario que hasta poco era un sueño y que ahora mismo es una realidad totalmente comestible. Una lechuga cultivada de forma natural y colectiva, cuidada por muchas manos de diferentes colores, procedencias, edades, sexos e ideologías, todas ellas con la misma intención solidaria, con mucho trabajo y también con muy buen humor. Y cultivada de forma natural, sin agrotóxicos petroquímicos (semillas modificadas, "abonos" químicos, herbicidas y demás) que nos hacen dependientes de las cuatro multinacionales dueñas de todo el proceso agrícola, y sin otro aditivo que el estiercol, la paja y el fertilizante orgánico que dentro de poco vamos a hacer y a enseñar cómo se hace a todas la personas interesadas.
Juliana, un fruto de la cooperación, el trabajo en equipo y la solidaridad, un grito en el desierto de esta sociedad que nos va cerrando poco a poco todas las puertas, una llamada desde la isla del huerto comunitario para seguir luchando y buscando nuevos rumbos en estos tiempos de capitalismo salvaje y maltrato hacia la mayoría de las personas por parte de un sistema político hipócrita, corrompido y asesino.
Esta es Juliana, el primer fruto de este huerto comunitario que hasta poco era un sueño y que ahora mismo es una realidad totalmente comestible. Una lechuga cultivada de forma natural y colectiva, cuidada por muchas manos de diferentes colores, procedencias, edades, sexos e ideologías, todas ellas con la misma intención solidaria, con mucho trabajo y también con muy buen humor. Y cultivada de forma natural, sin agrotóxicos petroquímicos (semillas modificadas, "abonos" químicos, herbicidas y demás) que nos hacen dependientes de las cuatro multinacionales dueñas de todo el proceso agrícola, y sin otro aditivo que el estiercol, la paja y el fertilizante orgánico que dentro de poco vamos a hacer y a enseñar cómo se hace a todas la personas interesadas.
Juliana, un fruto de la cooperación, el trabajo en equipo y la solidaridad, un grito en el desierto de esta sociedad que nos va cerrando poco a poco todas las puertas, una llamada desde la isla del huerto comunitario para seguir luchando y buscando nuevos rumbos en estos tiempos de capitalismo salvaje y maltrato hacia la mayoría de las personas por parte de un sistema político hipócrita, corrompido y asesino.
Una preciosidad la juliana y que le sigan muchas más, Animo compañeros!!!
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